Monday, September 26, 2005

poemas 1-10

I

El Tao que puede ser nombrado
no es el verdadero Tao.
El nombre que se le da
no es su verdadero nombre.
Sin nombre es el principio del universo;
y con nombre, es la madre de todas las cosas.
Desde el no-ser comprendemos su esencia;
y desde el ser, solo vemos su apariencia.
Ambas cosas -ser y no-ser- tienen el mismo
origen, aunque distinto nombre.
Su identidad es el misterio.
Y en este misterio
se abre la puerta de toda maravilla.


II

Todo el mundo toma lo bello como bello,
y por eso conocen qué es lo feo.
Todo el mundo toma el bien como el bien,
y por eso conocen qué es el mal.
Porque, el ser y el no-ser se engendran mutuamente.
Lo fácil y lo difícil se complementan.
Lo largo y lo corto se forman el uno de otro.
Lo alto y lo bajo se aproximan.
El sonido y el tono armonizan entre sí.
El antes y el después se suceden recíprocamente.
Por eso, el sabio adopta la actitud de no-obrar
y practica una actitud sin palabras.
Todas las cosas aparecen sin su intervención.
Nada usurpa y nada rehúsa.
Ni espera recompensa de sus obras,
ni se atribuye la obra acabada,
y por eso, su obra permanece con él.


III

No ensalzar los talentos
para que el pueblo no compita.
No estimar lo que es difícil de adquirir
para que el pueblo no se haga ladrón.
No mostrar lo codiciable
para que su corazón no se ofusque.
El sabio gobierna de modo que
vacía el corazón,
llena el vientre,
debilita la ambición,
y fortalece los huesos.
Así evita que el pueblo se haga ambicioso
para que los más astutos
no busquen su triunfo.
Quien practica el no-obrar todo
lo gobierna.


IV

El Tao es vacío,
imposible de colmar,
y por eso, inagotable en su acción.
En su profundidad reside el origen
de todas las cosas.
Suaviza sus asperezas,
disuelve la confusión,
atempera su esplendor,
y se identifica con el polvo.
Por su profundidad parece ser eterno.
No sé quién lo concibió,
pero es más antiguo que los dioses.


V

El universo no tiene sentimientos;
todas las cosas son para él como perros de paja.
El sabio no tiene sentimientos;
el pueblo es para él como un perro de paja.
El universo es como un fuelle,
vacío, pero nunca agotado.
Cuanto más se mueve,
más produce.
Quien más habla
menos le comprende.
Es mejor incluirse en él.


VI

El espíritu del valle no muere.
Es la hembra misteriosa.
La puerta de lo desconocido femenino
es la raíz del universo.
Incansablemente, prosigue
su obra sin fatiga.


VII

El cielo es eterno y la tierra permanece.
El cielo y la tierra deben su eterna duración
a que no hacen de si mismos
la excusa de su existencia.
Por ello son eternos.
El sabio se mantiene rezagado
y así es antepuesto.
Excluye su persona
y su persona se conserva.
Porque es desinteresado
obtiene su propio bien.


VIII

La suprema bondad es como el agua.
El agua todo lo favorece y a nada combate.
Se mantiene en los lugares
que mas desprecia el hombre
así, se haya muy cerca del Tao.
Por esto, la suprema bondad es tal que,
su lugar es siempre adecuado.
Su corazón es profundo.
Su espiritualidad es generosa.
Su palabra es veraz.
Su gobierno es justo.
Su trabajo es perfecto.
Su actuar es oportuno.
Y no combatiendo con nadie,
nada se le reprocha.


IX

Mas vale renunciar antes que sostener
en la mano un vaso lleno sin derramarlo.
La espada que usamos y afilamos
continuamente
no conserva mucho tiempo su hoja.
Una sala llena de oro y jade
nadie la puede guardar.
Quien se enorgullece de sus riquezas
atrae su propia desgracia.
Retirarse de la obra acabada,
del renombre conseguido,
esa es la ley del cielo.


X

Unir cuerpo y alma en un conjunto
del que no puedan disociarse.
Dominar la respiración hasta hacerla
tan flexible como la de un acabado de nacer.
Purificar las visiones hasta
dejarlas limpias.
Cumplir al pueblo y gobernar el Estado
practicando el no-hacer.
Abrir y cerrar las puertas del cielo
siendo como la mujer.
Conocer y comprenderlo todo
usando la inteligencia.
Dar vida y criar,
engendrar sin apropiarse,
obrar sin pedir nada,
guiar sin dominar,
esta es la gran virtud.


FIN POEMAS 1-10
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