Monday, September 26, 2005

poemas 21-30

XXI

La grandeza de toda virtud
reside en su fidelidad al Tao.
El Tao es algo confuso e intangible.
Es opaco e intangible, pero tiene formas.
Es opaco pero brillante porque abarca muchas cosas.
Es profundo y oscuro pero contiene una esencia.
Esta esencia es verdadera.
Desde los tiempos más remotos conserva invariable su nombre.
Es el origen de todos los seres.
¿Cómo conocer el origen de todos los seres?
Por esto mismo.


XXII

Lo humillado es engrandecido.
Lo inclinado es enderezado.
Lo vacío se hace lleno.
Lo envejecido es renovado.
Lo sencillo y puro es alcanzado,
pero lo complicado y extenso causa confusión.
Por esto, el sabio abraza la unidad
y es el modelo del mundo.
Destaca porque no se exhibe.
Brilla porque no se guarda.
Merece honores, porque no se ensalza.
Posee el mando, porque no se impone.
Nadie le combate porque él a nadie hace la guerra.
¿Son acaso vanas las palabras del antiguo proverbio:
«lo humillado será engrandecido»?
Por esto mismo, el sabio preservará su grandeza.


XXIII

Hablar poco es lo natural.
Un huracán no dura toda la mañana.
Un aguacero no dura todo el día.
¿Quién hace estas cosas?
El cielo y la tierra.
Si las cosas del cielo y la tierra
no pueden durar eternamente,
¿cómo las cosas del hombre?
Quien sigue el Tao
se une al Tao.
Quien sigue la virtud,
se une a la virtud.
Quien sigue el defecto,
se une al defecto.
Quien se identifica con una de estas cosas,
por ella es acogido.
Pero a esto no se da atención necesaria.


XXIV

Quien se sostiene de puntas no permanece mucho tiempo en pie.
Quien da largos pasos no puede ir muy lejos.
Quien se exhibe carece de luz.
Quien se alaba no brilla.
Quien se ensalza no merece honores.
Quien se glorifica no llega.
Para Tao, estos excesos,
son como desechos y restos podridos que a todos repugnan.
Por eso, quien posee el Tao
no se detiene en ellos.


XXV

Antes aún que el cielo y la tierra
ya existía el ser misterioso.
Es un ser vacío y silencioso, libre,
inmutable y solitario.
Se encuentra en todas partes
y es inagotable.
Puede que sea la Madre del universo.
No conozco su nombre,
pero lo llamo Tao.
Si me esfuerzo en nombrarlo
lo llamo grande.
Es grande porque se extiende.
Su expansión le lleva lejos.
La lejanía le hace retornar.
El Tao, pues, es grande y el cielo es grande.
La tierra es grande y también lo es el hombre.
En el universo hay cuatro cosas grandes,
y el hombre del reino es una de ellas.
El hombre sigue la ley de la tierra.
La tierra sigue la ley del cielo.
El cielo sigue la ley del Tao.
El Tao sigue su propia ley.


XXVI

Lo pesado es la raíz de lo ligero.
La calma somete a lo agitado.
El sabio cuando viaja
no se aleja de la caravana.
Aunque pueda disfrutar de las cosas mas excelsas,
conserva su paz y se hace superior.
¿Como el que posee diez mil carros
puede obrar con ligereza en el reino?
Quien se comporta ligeramente
pierde la raíz de su poder.
Quien se ofusca,
se pierde a si mismo.


XXVII

Un buen caminante no deja huellas.
Un buen orador no se equivoca ni ofende.
Un buen contable no necesita herramientas para
calcular. Y su resultado es siempre correcto.
Un buen cerrajero no usa barrotes ni cerrojos,
y nadie puede abrir lo que ha cerrado.
Quien ata bien no utiliza cuerdas ni nudos,
y nadie puede desatar lo que ha atado.
El sabio que siempre ayuda a los hombres,
no los rechaza.
El sabio que siempre conserva las cosas,
no las abandona.
De el se dice que permanece deslumbrado por la luz.
Por esto, el hombre bueno no se considera maestro
de los hombres;
y el hombre que no es bueno
estima como buenas las cosas de los hombres.
No amar el magisterio ni la materia de los hombres,
y aparentar ignorancia, siendo iluminado,
este es el secreto de toda maravilla.


XXVIII

Quien conoce su esencia masculina,
y se mantiene en el principio femenino,
es como el arroyo del mundo.
Mientras sea como el arroyo del mundo
la virtud eterna no lo abandonará,
y retornará a la infancia.
Quien conoce su propia blancura,
y se mantiene en la oscuridad,
es como ser el modelo del mundo.
Mientras sea como el modelo del mundo,
la virtud eterna no se alterará en él,
y retornará a lo absoluto.
Quien conoce su gloria,
y se mantiene en la desgracia,
es como el valle del mundo.
Mientras sea como el valle del mundo
la virtud eterna le colmará
y retornará a la sencillez.
Lo sencillo, cuando se divide,
modela todos los útiles.
El sabio, cuando gobierna
rige a todos los ministros
y así conserva la unidad.


XXIX

Quien pretende el gobierno del mundo
y transformarlo,
se encamina al fracaso.
El mundo es un vaso colmado espiritual
que no se puede manipular.
Quien lo manipula lo empeora,
quien lo tiene lo pierde.
Porque, en las cosas,
unas van adelante, otras luego.
Unas soplan suavemente, otras con fuerza.
Unas son vigorosas, otras débiles.
Unas permanecen, otras caen.
Por esto, el sabio rechaza todo exceso,
evita el prodigio
y rebaja toda exhuberancia.


XXX

Quien gobierna inspirado en Tao
no acosa al mundo con las armas
porque es un uso que tiende a retomar.
Donde acamparon las tropas
solo pueden nacer espinas y zarzas,
y tras los ejércitos, vienen los años de miseria.
Así, el hombre bueno se conforma con lo obtenido
sin usar la violencia.
Y todo lo toma sin enorgullecerse,
sin jactancia,
sin obstinación,
sin enriquecerse.
Porque, las cosas,
cuando han llegado a su madurez empiezan a envejecer.
Esto ocurre a todo lo opuesto a Tao.


FIN POEMAS 21-30
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